Pepe Veloz / Transcripción

Transcripción del episodio: "Pepe Veloz: crear una comunidad lectora con una guitarra y muchos cuentos"

TEMPORADA 2 / EPISODIO 3

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Con una guitarra y muchos cuentos, Pepe Veloz crea una comunidad lectora 

Una vez a Pepe le regalaron unos libros de relatos, con el paso del tiempo buscó un lugar en el mundo y encontró, o más bien la vida lo fue llevando, a la promoción de la lectura infantil y juvenil a través de cuentos, canciones y juegos. Fue músico de rock, taxista, staff de eventos, herrero. 

Me dedico a hacer la promoción de la lectura con los niños, principalmente mediante narración de cuentos y también interpretación de canciones o dinámicas lúdicas. Nací en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, empecé a leer como entendemos la lectura tradicional hasta primero de primaria, no fui de los afortunados que leyeron antes, aunque también  estudiando, ya de adulto, he entendido que se lee desde que se nace, se lee de muchas maneras, se lee el mundo; se lee la vida misma. Y somos lectores de nacimiento. Yo empecé a leer a los 6 años y por cierto, parecía que no sabía leer, le tuvieron que hablar a mi mamá y dijeron que era disléxico, pero a la hora de que fue ella, se dieron cuenta de que si leía y yo me acuerdo que una motivación principal de leer, más que la clase misma, era ver a otros compañeros que leían hermoso, que leían los cuentos y yo veía que así de pequeñito un compañero que ya tenía ese proceso bien trabajado,  lo escuché contar el cuento, leer el cuento y me hizo viajar y eso fue lo que me motivó principalmente a leer. 

¿Cuáles fueron tus primeras lecturas? 

Hace rato entré a la ponencia del compañero BEF (Bernardo Fernández) y me hizo recordar también mis inicios que yo empecé leyendo en la ciudad de Guadalajara, un cuento, un cómic comercial que se llamaba “Chivas Chivas Rarara”, pero el protagonista era chivito y todos conocíamos el cómic ese, como chivito. Y eran ni más ni menos que las aventuras de las Chivas, donde los protagonistas eran animales, era una especie como de una fábula, pero contemporánea – urbana y que yo cuando no tenía para comprarlas, cada semana iba y del que me las rentaba ahí mismo me las leía y al rato nos tenía que correr, pero a los 8 años cuando hice la primera comunión, una maestra me entregó un regalo que fueron los primeros libros que me dieron, uno era el de Tom Sawyer y  el otro uno que se llamaba Kito y Pulika, y el de Kito y Pulika que era un niño con una mascota, fue el primer álbum ilustrado que vi y me fascinó, ahorita que en donde estamos en esta entrevista, hay obras de arte o sea, qué tan importante es también esa relación de la literatura y las artes, las bellas artes en este caso específico, las ilustraciones, eran libros españoles. Todavía no había en nuestra generación, no tenía ese tipo de libros aquí en México, pero esos libros particularmente recuerdo que me dejaron así, pues fueron mis primeros libros.

¿Cuándo empezaste con la promoción de la lectura? Cómo fueron estos inicios

En el año 2000 empecé a trabajar un proyecto educativo, que era una especie de experimento que fue diseñado por un titiritero de la Ciudad de México que consiguió un apoyo para que lo pudiera ejecutar. En ese proyecto que diseñó el maestro Juan José Barreiro, este tenían que haber talleristas junto con los maestros normalistas, entonces yo entré como tallerista, que yo no sabía ni siquiera el término,  después supe que tallerista era una especie como de todólogo. Era una especie de laboratorio de de educación, pero no solo educación, más bien como de experimentación y evidentemente teníamos que llevar el programa de la SEP, yo en mi caso tenía que buscar estrategias en las que tuvieran que ver las Bellas Artes: la música, el teatro, la literatura para acercar el conocimiento, el tema que se estuviera viendo en ese momento. Ahí es donde empecé a darme cuenta que con la lectura en voz alta, vi a un compañero que trabajaba ahí, otro tallerista un poco más experimentado que yo, el formato de de contarles un cuento a manera de monologo, me fascinó. Otras de las cosas que me dejaron en ese proyecto, es que se fueron varios maestros y la vida misma te va poniendo oportunidades y era hacer teatro a través de las obras del Fondo de Cultura Económica, porque en la Feria del Libro de Guadalajara, em el área infantil, había una muestra de teatro escolar, cuando me invitaron y vi todas las posibilidades que manejaban, los promotores, los cuenta cuentos, los grupos de música que todos estaban enfocados en la promoción de la lectura, me volaron la cabeza. Yo dije: Yo debo pertenecer a este mundo, y claro, viendo a todos ellos y encontrándome, fue cuando di el primer paso en este mundo de la promoción de la lectura, yo creo que se vuelve después en una especie de promoción de la cultura en general, de promoción de la paz, de las cosas chidas del ser humano. 

¿Y qué hacías antes de que llegara esta oportunidad?

Tenía la experiencia de música, había formado parte de una banda de rock, como muchos chavos, así de habíamos tenido nuestra banda y luego ya nos nos enfadamos de nosotros mismos y ahí me dio por entrarle a la onda así como que este mística, con el rollo de la música autóctona y formé parte de otro proyecto, del Maestro Jesús Ehecatl, con él aprendimos mucho la cuestión de ese estilo, principalmente de las percusiones. Él era un buen percusionista, y por ejemplo a mi la flauta dulce desde la secundaria yo era de los más hábiles, ya tenía  la habilidad un poquito de la flauta porque en la secundaria habíamos practicado y a mí me había gustado, tener ese instrumento en casa, y con los de música autóctona era un mundo de de sonidos impresionante y con ellos también tuvimos muy buenas experiencias, anduvimos por giras a nivel local en en Jalisco, con las universidades de Guadalajara y por ahí lo pudimos lograr una invitación que le hicieron al maestro y pues nosotros fuimos en el paquete a El Paso, Texas. Fue la primera vez que me subí un avión, fue para algo cultural, algo maravilloso, andar en este mundo y cruzar fronteras con ese mensaje también, este andamos en el rollo musical, pero pues plenamente no se podía o no había llegado yo un nivel de profesionalización para vivir de ello, completamente y pues si te hacía un poco de todo. Estuve en el taller de herrería en casa de mis papás, le hice en algún momento de taxista, de stuart en un hotel, un poco de todo y por eso decía cuando llegué  al Centro Educativo La Barranca, que van a cumplir 25 años, un abrazo a ellos: es mi escuela también. Ellos estaban muy abiertos a recibir a personas que tuvieran una empatía, un trabajo más horizontal, no tan pues vertical y que mediante todas esas experiencias como las que tu servidor tenía, podíamos acercarnos más a los chicos  y me me costó un poco de trabajo al principio, pero después entendí que se requiere ponernos a su nivel y que tengan la confianza de escucharte. Yo empecé a trabajar en ese proyecto porque cuando me entrevistaron, me acuerdo que dije que la única vez que había trabajado con niños, es cuando estaba en la escuela de música en el Ayuntamiento de Guadalajara, unos talleres para estudiantes, pagaban muy poquito evidentemente, pero si fue un algo muy enriquecedor, estar con los chicos y descubrí ahí, que fue lo que le dije a quien me entrevistó aquella ocasión, me vi a mi mismo con los chicos de los barrios y que por todos los prejuicios que se tienen, no se si en ciertos barrios o a nivel nacional, me los he encontrado,  prejuicios se me hace que vienen hasta desde la colonia, no se desde qué tiempo en el que magnifican por si solos, el error y minimizan el acierto. Y entonces al magnificar el error se entorpece el proceso como de aprendizaje, ahí yo entendí que lo mejor es así como compas, como ahorita estamos platicando tu y yo, cómo nos conocemos, con toda confianza, como: No hay problema, o sea, no pasa nada. Y al sentirse ellos como más relax, fluía y eso me acuerdo y hasta me embeleso, me emociono, porque de esa manera yo entendí que era más la educación, ya después me decían Profe y pues yo me la creía nada más, pero yo no tuve esa formación, pero si me quedó claro que era una especie de motivador. Entonces cuando caí ese proyecto, dije: Ya, aquí ya lo que venga de aquí para el real y claro que de ese proyecto después vino lo de la FIL, ya vi que se podía trabajar eso mismo de que sea en ese proyecto, más allá del mismo proyecto y pues acá andamos.

Cuéntanos tu experiencia en la FIL.

Hace rato platicamos en lo individual, que soy supersticioso. A mi me pasó justamente en ese proyecto del Centro Educativo La Barranca, yo quería hacer esto, de alguna manera. Yo ya quería ser animador infantil más allá del del proyecto, porque ahí veía  que encajaba bien y todo, pero pues no dejaba de ser una primaria en la que tenías que estar viendo a los mismos niños durante mucho tiempo, que pues lo hice durante cuatro años o más, porque fueron en distintas etapas, pero cuando empezamos a hacer el trabajo de teatro con los niños, el Fondo de Cultura me invitaron a mí como tallererista, en un taller de promoción a la lectura directamente, en el que ya tampoco conocía del todo cómo era y pues me dieron el diseño, fue un sábado, era la primer FIL niños que iba, yo no tenía ni idea de las dimensiones que tenía ese lugar, ese evento, no por algo dicen que es la principal feria en habla hispana del mundo, muy grande, tiene unos alcances enormes, entonces yo iba nerviosón y venía en mi carro ahí por la de López Mateos, pensando de que venía a esto, no lo conocía del todo, pero sabía que venía algo que me estaba esperando ahí, y sí tenía miedo, pero me acordé de un momento en el que por primera vez me invitaron a contar un cuento ante un público grande, en un evento y desde que iba subiendo se me había olvidado que de ese gran público había como 150 o 200 morros que eran mis alumnos, pero yo no pensé que me fueran a recibir así, entonces ellos empezaron a hacer como de emoción y la banda también , y bueno es un rollo de ego, indudablemente, pero sentir rebonito. Y en lo que iba en el vehículo me recordé a eso, como que me dijo: Ánimo, si yo iba con un poco de miedo a enfrentar mi primera FIL, eso me hizo como: Ánimo, papá. Entonces en esa primera FIL, le eché tanto feeling. Yo no sabía cómo manejar la energía, porque ya después entendí que tienes que dosificar tu energía en esos talleres, que son 10 diarios, son 80 talleres. Al principio yo lo manejé con mucha energía y me quedé como que con esa idea siempre, hasta la fecha, de ese formato, de con esa energía transmitir el cuento, la promoción a lectura, a contar el cuento, invitarlos a jugar; las canciones, la música, la reflexión, el juego. Y lo hice así de esa manera, que por azares del destino era el sábado, de inauguración y solo ese taller estaba funcionando, y era cuestiones de logístic,a de errores técnicos, lo que tú quieras, pero nomás ese. Entonces pasa la inauguración, los que vienen el Comité de Inauguración incluido, y pues toda la prensa, etcétera, entonces se quedan en el taller y pues en la vida, me sentía así como alfombra roja. Hablando así de esa FIL, cómo la viví, se acercan las personas del área infantil de la Feria del Libro de Mazatlán, como profesionales estaban en la búsqueda, en la investigación, se acercan y me hacen la invitación. Dicen: Oye, te gustaría hacer eso que estás haciendo en Mazatlán, y yo: Donde les firmo? Que sabía de lo hermoso que es Mazatlán, luego en la noche me tocó ver a Los siete dedos de la mano, que era el espectáculo así derivado del Soley Circus, me voló la cabeza la FIL y bueno, me enfilé totalmente así, viví esos 80 talleres, me quedé mudo casi al final y así viví varios años, como cinco, ya después dije: Esto está muy cansado. Vi que el formato pegaba y me fue bien en otras ferias, porque te digo esa fue la primer FIL y fue la de diciembre del 2003, en marzo del 2004, ahorita estamos en diciembre, es muy probable que en marzo volvamos otra vez acá a Sinaloa, así pasó. Me están viendo en diciembre en la FIL y en marzo ya estaba en otra feria del libro en un lugar hermoso, con mi esposa, porque me dijeron. Puedes traer a tu esposa. Le dije: Por primera vez tendremos una luna de miel y nos las van a dar los cuentos, una historia de cuento.

¿Cuál es tu tu conexión con el estado de Sinaloa?

Una emoción enorme, pero yo creo que todo el tiempo la cultura. Cuando me contó el proyecto el amigo de un tío, músico.  Yo lo admiraba como morro, como plebesón así de 18 años y el vato me cuenta eso, de que andaba de técnico en el Festival Sinaloa ya por el año 89, imagínate, ya llovió y recontra llovió,  había un festival de primer nivel, que era creo que el Festival Sinaloa, tal cual, trajo de todo tipo de cosas, pero bueno, yo ahí cuando le pregunté, yo lo hice como: Oye, habrá chance de caerle porque tenías que traer a talleres que te enseñaban todo lo de técnico, eran como unos seis meses de capacitación, de estar yendo cada semana, te dejaban tarea y todo el rollo, tuvimos que capacitarnos, pero yo cuando se lo dije lo tiré así, todavía no me la creía. Y cuando fue a invitarme, fue el vato a mi casa, yo dije: No, qué chilo, todavía no decía chilo, eso ya lo aprendí acá. Me dio la oportunidad de venir, de vivirlo, de todo, o sea cultura desde las entrañas, algo que allá en mi ciudad, pues nomás no había esa oportunidad. Yo siento que mis circunstancias históricas y el proceso que vivía el mismo estado de Sinaloa en la cuestión cultural, coincidieron y embonamos a la perfección, entonces el vínculo siempre ha sido la cultura, primero como técnico, como parte del staff, pero ya como como cuenta cuentos, eso de lo de que me hayan invitado a Mazatlán, fue así solito,  ya después escucharán una rolita en la que menciono cómo me siento, como que de aquí me dijeron: Que vengas y yo dije: No, pues si voy.

¿Qué es lo que hace Pepe Veloz en un escenario?

Van a encontrar a una persona que les va a invitar a que disfrutemos, este ratito que estamos aquí, en ese espacio vital, a que a que respiremos y que tengamos una convivencia sana, en comunidad,  utilizando como elemento principal el diálogo, los libros, la música y el humor, el humor y el juego van de la mano, entonces eso también lo aprendí con los niños. Entonces es una cosa como que tiene como pretexto los niños, pero es algo que  quien tiene el corazón dispuesto, lo va a disfrutar enormemente, es enfocado para los niños, pero yo creo que más bien para los niños de corazón. Vamos a hacer comunidad lectora, porque solo de esa manera vamos a poder trascender, yo creo con un poquito más de libertad, con opciones de mirar de otra manera la realidad.