Gabriel y el fuego que cuida los bosques

Gabriel Flores Mata es coordinador del programa de prevención de incendios forestales en Parques y Vida Silvestre de Nuevo León. Con más de una década de experiencia, comparte una idea que parece difícil de creer: el fuego no siempre es malo.

Por: Dani Monreal

Gabriel Flores Mata llegó a la Isla Guadalupe, en Baja California, para estudiar los bosques de ciprés. Su trabajo era investigar cómo estos árboles capturan carbono del aire. Pero lo que más le sorprendió fue algo que ocurrió dos años antes de su llegada: un incendio.

Lejos de encontrar destrucción, Gabriel vio muchas plántulas nuevas de ciprés de Guadalupe, una especie que solo crece en esa isla.

Ese descubrimiento lo llevó a especializarse en algo que muy pocos comprenden: la ecología del fuego.

Hoy, Gabriel es coordinador del programa de prevención de incendios forestales en Parques y Vida Silvestre de Nuevo León. Con más de una década de experiencia, comparte una idea que parece difícil de creer: el fuego no siempre es malo.

“El fuego ha sido parte de los ecosistemas desde que el ser humano pisó la Tierra”, explica.

Algunas plantas necesitan el fuego para crecer. Por ejemplo, ciertos tipos de pinos no pueden liberar sus semillas si no se exponen al calor del fuego.

Pero Gabriel también advierte que detener todos los incendios pequeños puede ser peligroso. Pone como ejemplo lo que ocurrió en California en los años setenta: al evitar que el fuego se presentara de forma natural, se acumuló mucho material combustible. Después, cuando el fuego finalmente llegó, fue incontrolable.

Por eso, Gabriel trabaja para enseñar a las personas cómo manejar el fuego con conocimiento y responsabilidad, no con miedo.

La mayoría de los incendios forestales en México no los provoca la naturaleza, los provoca el ser humano. Según la CONAFOR, el 90 por ciento son causados por actividades como tirar colillas, dejar fogatas encendidas o soltar globos de Cantoya.

Gabriel recomienda medidas sencillas pero importantes:

Crear brechas corta fuego alrededor de casas rurales y monitorear el clima. Y, sobre todo, no intentar apagar un incendio sin estar capacitado. Lo mejor es llamar al 911.

Explica también cómo funciona la atención a incendios en México: primero actúan los dueños de la tierra, luego el municipio, el estado y, si es necesario, la CONAFOR o incluso el ejército.

Gabriel sabe de lo que habla. Participó en los incendios forestales de Canadá en 2018, y afirma con orgullo que brigadas mexicanas han apoyado también en Chile y Estados Unidos.

Concluye con una reflexión:

Gracias al fuego, el ser humano pudo desarrollarse, cocinar alimentos, fabricar herramientas y protegerse de depredadores. Pero debemos aprender a manejarlo con responsabilidad y conocimiento”.