Hace unos días se anunció por medio de redes sociales una noticia que emocionó a muchas personas amantes del cine en la Comarca Lagunera: un cortometraje hecho en la región fue seleccionado para ser proyectado en el Short Film Corner del Festival de Cannes a realizarse del 17 al 21 de mayo.
Un lugar en Tierra Prometida es la historia de Uriel, un joven de 23 años, quien toma la decisión de ir detrás de un camión de migrantes para buscar el sustento y una mejor vida para su familia. En el viaje conoce a un grupo de migrantes, entre los cuales va Rafael, un hombre de 70 años quien desde hace 20 no ve a su hija y quiere verla antes de morir.
Este proyecto fue hecho en su mayoría por talento lagunero y contó con la dirección de César “Pato” Rivera, un joven que desde hace ocho años se ha dedicado a hacer cine.
“Empecé en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato. He estado en varios proyectos. El desafío Buñuel de Nayarit, luego ganamos y nos tocó ir a representar a México en España en el proyecto El Mal de Inés, el último proyecto que he firmado como director es justamente este proyecto Un lugar en Tierra Prometida”.
Migrar: la búsqueda del lugar prometido
El proyecto se empezó a gestar desde un momento de incertidumbre que vivió “Pato”. Él cuenta que todo comenzó a raíz de una plática que tuvo con un amigo, quien por 7 años estuvo de migrante en Canadá.
“Platicando con uno de mis mejores amigos que estuvo de migrante en Canadá como por 7 años, me contaba sobre unos mexicanos y otros latinos que habían cruzado la frontera de distintas formas, porque no solamente se puede cruzar en avión o en barcos, sino también de forma terrestre y entonces llega a un punto que me marcó. Me platica de una situación en la que dejan a un grupo de personas dentro de una especie de vagón, me llamó mucho la atención las necesidades y todo lo que habían vivido en medio del desierto”.

A partir de ahí, “Pato” se dedicó a investigar e ir a casas de inmigrantes para realizar entrevistas y conocer de viva voz todo lo que pasan las personas en medio del desierto.
El desierto no solo fue la locación de Un lugar en Tierra Prometida, fue también inspiración para hablar sobre un tema complejo como es la migración en nuestro país.
“Hay algo muy interesante y bonito que te lo voy a platicar. Es que yo no quería contar la historia de una manera muy cruda sino de una forma muy poética. Cuando vamos en carretera y vemos el desierto, la vida misma te reprime en la cuestión de no salir tanto en el día y hacerlo mucho en la noche. Entonces yo creía que cada sombra que se reflejaba eran las personas que no lograban cruzar. Para mí, poéticamente, se veían entonces en esta idea bíblica de lo que hace Moisés con su pueblo, que es buscar y llevarlos a una tierra prometida en el Éxodo. Entonces se me vino a la mente, como el migrante expresa lo que es para ellos el ‘sueño americano’, es su tierra prometida, es donde van a tener trabajo, es donde van a resolver sus problemas. Entonces ahí se transforma en una analogía, lo vivido por los personajes que no solamente fuera lo desafiante, lo que viven día a día, sino poéticamente, como se ve desprenderse de algo que es la vida, creo que esa es la esencia del trabajo”.
Actuar en el desierto
El cortometraje contó con actuaciones destacadas encabezada por Santiago Sandoval, Silvestre “Chuy” Murillo, Estefanía Marrufo y Arturo Vázquez.
Murillo quien interpreta a “Rafael”, cuenta con una amplia trayectoria en el teatro con presentaciones en diversas ciudades como: Durango, Chihuahua, Matamoros, Gómez Palacio, Lerdo y Torreón. Además, ya había trabajado con “Pato” en anteriores proyectos, sin embargo, para él actuar en Un lugar en Tierra Prometida fue especial, porque el desierto siempre inspira.
“Es muy interesante cuando participas actuando, estás a la vez viviendo y estas inspirándote en ello y estas comprometiéndote y este compromiso te hace introducirte al terreno, al ambiente y al espacio”.

Lo mágico del cine, es que cada toma, cada segundo de la cinta permite sentir que todo es continuo, pero detrás de esto hay un arduo trabajo de semanas y meses donde los actores construyen un personaje.
“Entra uno en el personaje, tratas de transmitir porque estás sintiendo y eso es lo que se pretende que registren las cámaras, para ello ya va uno a una toma determinada para un seguimiento porque no es continuo y cuando lo arman eso lo tiene que seguir. Esa es la magia del cine”, dice Murillo.
Seguir soñando es el sueño más grande que tiene Silvestre Murillo, al igual que todo el equipo que realizó este cortometraje. Están satisfechos del gran trabajo que realizaron y tienen una gran expectativa de Cannes.
“Si nos llegaran a premiar, perfecto, pero nosotros ya nos entregamos ahí”.
El cortometraje fue realizado las últimas semanas de febrero y la primera semana de marzo y en una reunión del director con las productoras se tomó la decisión de enviarlo a Cannes.
Para todo el equipo que participó en Un lugar en Tierra Prometida, Cannes no solo es un sueño cumplido sino el fruto del trabajo y constancia, sin embargo, en la Región Lagunera todavía se le da muy poco valor a los cineastas y este tipo de logros permiten visualizar el talento que existe.