Niños superdotados: no todos son científicos

Hace unos años conocimos el caso de Carlos Santamaría, quien a sus 12 años entró a estudiar Física Biomédica en la UNAM, lo cual nos muestra que los niños superdotados requieren una atención especial para desarrollar sus capacidades.

Por: Amonite

Quizá conoces la historia de Mozart, quien a sus cuatro años ya tocaba instrumentos musicales con maestría, y a los cinco ya escribía pequeñas piezas. Hoy es considerado uno de los compositores más famosos de la humanidad y es uno de los mejores ejemplos de eso que podríamos llamar “niños superdotados”.

Aunque parecen algo raro, la verdad es que a menudo vemos ejemplos de niños en todo el mundo que cuentan con una capacidad por encima del promedio. En México el caso más sonado recientemente fue el de Carlos Santamaría Díaz, quien desde temprana edad mostró gran capacidad de aprendizaje.

“Tiene facilidad para procesar la información. Desde que tenía año y medio entró a maternal. Cuando le daban una letra, él quería todas, cuando le enseñaban un planeta, él buscaba todos”, le dijo su papá Fabián Santamaría al diario El País. “Desde los cinco años era capaz de asimilar un libro completo de ciencia de nivel secundaria y aprendió la tabla periódica en un par de semanas”.

A los 9 años Carlos comenzó un diplomado en Química Analítica en la Facultad de Química de la UNAM, y a los 10 otros en Bioquímica y Biología molecular, además de Álgebra Superior, una materia de licenciatura. En 2014 acreditó la primaria y secundaria en el INEA de la Secretaría de Educación Pública, después realizó el bachillerato en línea para poder aplicar al examen de estudios superiores en la UNAM.

A los 12 años ingresó a estudiar Física Biomédica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero en 2020 decidió cambiar a la carrera de Ingeniería Biomédica en la Universidad Anáhuac Mayab, tras denunciar que sufrió bullying en la universidad nacional.

¿Cómo se define a un superdotado?

No hay una definición generalmente aceptada de la superdotación para niños y adultos, y es un motivo de recurrente polémica entre psicólogos y educadores, pero muchas escuelas se basan en los estudios que toman en cuenta 2.5 por ciento de la población con cociente intelectual por encima de 130.

Los superdotados necesitan educación especial, ya que cuentan con grave riesgo de sufrir fracaso escolar y graves problemas de adaptación si no se les identifica de forma temprana. Los niños superdotados, en virtud de sus aptitudes excepcionales, son capaces de tener un alto rendimiento y requieren programas y servicios educativos superiores a los que de manera habitual proporciona un programa escolar normal para llevar a cabo su contribución a sí mismos y a la sociedad.

Pueden desarrollarse en muchos campos

“Nunca hay que olvidar que los chicos con inteligencia superior son personas que tienen los mismos problemas que cualquier otro niño y que además tienen que saber manejar la expectativa que el mundo tiene sobre ellos”, comenta la psicoanalista Silvia Feitelevich, en una nota del portal Infobae.

Según un estudio de los psicólogos Julian Stanley y David Lubinski hay diferentes formas de ser intelectual. La investigación descubrió que si bien hay personas con altos coeficientes que terminan siendo excelentes científicos, también hay otros que se desempeñan en diferentes campos, como el de las letras, la psicología, la abogacía, e incluso el arte. Esto dejó de lado la creencia popular de que los pequeños superdotados deben ser únicamente grandes científicos.

“No todos los niños superdotados son iguales, como ocurre con el resto de las personas, son diferentes; esas diferencias quizás no son valoradas socialmente como otros chicos, sino que adquieren conocimiento fácilmente, pero no es necesario que estén destinados a encasillarse a una profesión, sino que pueden ser lo que deseen, artistas o matemático”, dijo Feitelevich.