El tráfico de especies: una amenaza constante

En lugares como la Reserva Ecológica del Cañón de Jimulco se ha hecho un importante trabajo para luchar contra esta actividad, convenciendo a la gente de las comunidades del cuidado de las especies animales y vegetales que ahí crecen.

Por: Amonite

En lugares como la Reserva Ecológica del Cañón de Jimulco se ha hecho un importante trabajo para luchar contra esta actividad, convenciendo a la gente de las comunidades del cuidado de las especies animales y vegetales que ahí crecen. 

Por: Laura Puentes

Foto: Fundación Jimulco

Una de las mayores amenazas que sufren las especies de flora y fauna es el tráfico ilegal, pues a nivel mundial se ha convertido en la tercer actividad ilegal más rentable, es deja unos beneficios de entre 10.000 y 26.000 millones de dólares al año.

En México existe una legislación ambiental, la cual penaliza las actividades de extracción, acopio, transporte y comercialización de flora o fauna silvestre que quebranten las leyes y tratados nacionales e internacionales. Sin embargo, las penas por tráfico de especies son menores a otros delitos. 

Aves en peligro

Según Marilyn Castillo Muñoz, fundadora de Kingfisher Birdwatching Nuevo León  y Coordinadora del programa de aves urbanas en Monterrey existen múltiples especies en peligro por el tráfico ilegal, en el caso de las aves la mayoría son loros y pericos que habitan en el país, incluyendo el loro cabeza amarilla (Amazona oratrix), guacamaya roja (Ara macao), guacamaya verde (Ara militaris), loro corona lila (Amazona finschi), loro cachetes amarillos (Amazona autumnalis), entre otros.

También aves rapaces como el halcón de Harris (Parabuteo unicinctus), búho cornudo (Bubo virginianus), o aguililla cola roja (Buteo ajamaicensis). Otras especies que también son víctimas del tráfico ilegal son aquellas con cantos y plumajes más vistosos y que muchas veces se venden como aves de ornato, como es el caso del cardenal norteño (Cardinalis cardinalis), cenzontle norteño (Mimus polyglottos), pinzón mexicano (Haemorhous mexicanus), o chinitos (Bombycilla cedrorum). 

Además, otros grupos de fauna que son traficados de manera ilegal incluyen el mono araña (Ateles geoffroyi), el mono aullador (Aulluata palliata), la tarántula mexicana de rodillas rojas (Brachypelma smithi), la iguana mexicana de cola espinosa (Ctenosaura pectinata), la iguana verde (Iguana iguana), o las víboras de cascabel (Crotalus sp.).

Jimulco: una lucha constante

En la Comarca Lagunera se cuenta con una Reserva Ecológica Municipal en el Cañón de Jimulco, en el municipio de Torreón, que surgió debido al peligro de las poblaciones de venado cola blanca que están en la sierra. Gerardo Jiménez, secretario técnico de la Fundación Jimulco comenta que la presencia de la caza ha logrado controlarse en su mayoría. “Todavía tenemos casos, pero no son cazadores que van de las ciudades sino de gente de las comunidades aledañas a la reserva”.

Esta zona era un lugar predilecto para los llamados pajareros, gente de otras partes de la región que iban y extraían pájaros, los cuales vendían para uso doméstico. “A través del comité de vigilancia comunitaria que existe en el área, que está conformado por gente de las comunidades, emprendimos campañas contra la gente que hacía esas extracciones. Ya son muy raras las extracciones de aves”, añadió Jiménez González. 

Cerro del Indio, en Jimulco, Torreón. Foto: Manuel Rodríguez

Pero tal vez uno de los principales problemas de extracción en esta zona antes de que fuera reserva ecológica era la de la noa, una cactácea que incluso da su nombre al cerro donde se ubica el famoso santuario de la ciudad de Torreón. La extracción ilegal de noa, según palabras del secretario técnico de la Fundación Jimulco, está controlada porque se ha trabajado con las comunidades para evitar ese tipo de prácticas. 

Acciones contra el tráfico de especies

De acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010, hay 535 especies en peligro de extinción, 912 amenazadas, 1183 sujetas a protección especial y 48 probablemente extintas en el medio silvestre. Según la legislación mexicana, 21 de las 22 especies de psitácidos que habitan en México se encuentran bajo alguna categoría de riesgo, por lo que, la captura de pericos silvestres está prohibida por la Ley General de Vida Silvestre, argumentó la especialista Castillo Muñoz. 

Añadió que las especies de flora y fauna que están clasificadas como amenazadas o en peligro de extinción es debido a la pérdida de su hábitat ocasionada por los cambios de uso de suelo, la deforestación, tala de árboles nido para saqueo de pollos y la urbanización.  

Aunque existen diversas organizaciones civiles y gubernamentales para evitar el comercio ilegal de especies animales y vegetales, en nuestro país aún se carece de una legislatura capaz de controlar el delito, sin embargo tal vez el problema más grave es la poca conciencia por parte de la gente para preservar y cuidar a las especies amenazadas. 

Alternativas sustentables

“Lamentablemente, en México todavía se tiene muy arraigada la cultura del cautiverio. Además, hace falta mucho conocimiento acerca de la biodiversidad en nuestro país y la importancia que representa en los ecosistemas”, dice Castillo Muñoz.

“En cuanto a estos temas, resulta muy importante la educación y concientización de la población acerca de estas problemáticas ambientales, ofrecerles alternativas sustentables para generar ingresos en sus comunidades sin comprometer la libertad de la vida silvestre, y aplicar sanciones efectivas para disminuir los delitos contra la biodiversidad”.

El mensaje que nos queda luego de todo esto es que se trata de un momento ideal para cuidar a todas las especies de flora y fauna con quienes compartimos un solo hogar, nuestro planeta Tierra. Los ejemplos de buenas prácticas ahí están, sólo falta voluntad para replicarlo.