Elektro, el primer androide de la historia

Un androide es un robot con apariencia y comportamiento humano. Alguna vez te has preguntado ¿cuál fue el primero de la historia? Aquí te lo contamos.

Por: Iván Camacho Anguiano

Ilustración: Jess Silva

Texto: Iván Camacho Anguiano
Ilustración: Jess Silva
Locución y audio: Felipe Perales

Seguramente recuerdas aquella frase de Obi Wan Kenobi: “Éstos no son los droides que están buscando”; pero ¿te has preguntado cuál fue el primer androide real? ¿sabes qué es un androide?

Un androide es un robot con apariencia humana: un cuerpo con dos brazos, dos piernas y una cabeza. Si la cabeza tiene ojos, orejas y boca, mucho mejor. Pero además del aspecto físico, se espera que un androide se comporte de manera similar a como lo haría un ser humano.

El primer androide del que se tiene noticia fue creado en 1937, en Pittsburgh, Pensilvania. Fue diseñado por Joseph Barnett para la Westinghouse Electric Corporation. Su nombre completo era Elektro The Motor Man; pero todos le llamaban sólo Elektro.

Elektro medía un poco más de 2 metros de altura y pesaba unos 120 kilogramos. Era capaz de obedecer órdenes habladas sencillas: caminar, fumar, inflar un globo y unos 20 movimientos más. Podía hablar hasta 700 palabras, las cuales estaban grabadas en unos discos de vinilo de 78 revoluciones por minuto, como los que usaban tus papás o tus abuelos para escuchar música.

Su cuerpo era un mecanismo de engranes y levas de acero. Su piel era de aluminio. Y sus ojos eran capaces de distinguir el verde y el rojo.

Elektro se dedicaba a visitar ferias y exhibiciones (incluso apareció en alguna película y en un cómic). Pero no lo hacía solo, lo acompañaba Sparko, un perro robot de unos 30 kilogramos.

Así que la próxima vez que veas un androide recuerda a Elektro y su fiel compañero Sparko, que fueron los primeros robots reales.

¡Quiero saber más!
Elektro y Sparko, los primeros robots del siglo XX – Yahoo!

1 comentario en "Elektro, el primer androide de la historia"

  1. Fomenta la imaginación de los pequeños y les incita a preguntar, indagar y ponerse en acción (posiblemente dibujar).

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